PALACIO DE SANTA MARTA El palacio de los Marqueses de Santa Marta y del Ducado de Valencia, todo de sillería, es una señorial y gran mansión del último cuarto del siglo XVI, muy transformado en el XVIII. Su bella fachada toda ella de sillar granítico es obra del famoso cantero trujillano Francisco Becerra. La puerta es renacentista, adintelada entre columnas de bellos capiteles jónicos cuyo friso está adornado con casetones y puntas de diamantes entre flameros. Rematada con frontón triangular, muy al estilo de Becerra. En el tímpano y entre cueros recortados los cinco roques de ajedrez que son los blasones de la familia de las Casas.
Las ventanas y balcones de este suntuoso palacio que llega hasta el castillo (muy cerca de él está la gran puerta de servicio adornada con modillones), están protegidas por rejas de hierro bien forjado, una de ellas rematada con los cinco roques. También el escudo de los Bejarano (león rampante esquinado de cuatro cabezas de dragones) campea en la fachada, debido a los enlaces familiares. El último piso de este palacio tenía vistas sobre la plaza.
En el interior están las caballerizas bajo bóvedas de cañón, éstas son dependencias comunes con el resto de los palacios trujillanos de esa época, también las chimeneas para calentar el edificio con leña de encina. En el piso principal hay un salón de columnas jónicas que era una galería que daba al exterior, hoy está cegada.
Perteneció este palacio a la familia de Francisco de las Casas (hijo de Gonzalo de las Casas), un capitán de Hernán Cortés que le fue fiel en la famosa Noche Triste de 1520 y le fue leal en la sublevación de Cristóbal de Olid. A Francisco de las Casas le cabe el honor de ser fundador de la ciudad de Trujillo en Honduras, la primera población que tuvo el nombre de Trujillo en suelo americano.
Este edificio es conocido en Trujillo como palacio de Santa Marta por el Marquesado que desde el siglo XVIII tiene esta familia de las Casas que poseía el señoría de la villa de Santa Marta, muy próxima a Trujillo, además de otros muchos títulos nobiliarios.
El Palacio de Santa Marta se encuentra en la calle de los Ballesteros, es una de las calles de Trujillo que conserva el nombre del antiguo gremio que la ocupó.
Subiendo por esta calle, hacia la mitad de la misma, a la izquierda, se tiene la oportunidad de ver la Torre del Alfiler muy de cerca, exenta, destaca con toda su altura sobre los edificios vecinos que no la restan visibilidad.
Por esta calle, girando hacia la derecha, se sube al Castillo, desde él es muy fácil llegar a la villa intramuros. O podemos continuar caminando de frente por esta calle y llegamos a la Puerta de Santiago por donde se entra al Trujillo medieval.
Fuente: Guía turística de Trujillo y vida de Pizarro Autor: Magdalena Galiana Núñez
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