IGLESIA DE SAN MARTIN
HISTORIA
Tenemos noticias de que ya en el año 1353 se reunía el concejo en esta iglesia, situada en lo que era el arrabal de San Martín al que daba nombre. En un principio era de pequeñas dimensiones, pero por exigencias del culto y por la masiva afluencia de gente fue ampliada y modificada en el siglo XVI, además de convertirse en parroquia. Fue entonces cuando este templo adquirió la fisonomía que ha llegado hasta nuestros días.
En sus muros se colocaban las medidas oficiales del trigo, cebada y otras mercadurías. Eran los patrones por los que se debían regir para vender. Cuando los Reyes Católicos hicieron donación del Señorío de Trujillo a su hijo el príncipe don Juan, un representante suyo tomó posesión de la ciudad y la fortaleza en su nombre en la iglesia de San Martín, en el verano del año 1496 y con este motivo, renovaron los cargos: oficiales y Corregidor.
EXTERIOR
Tiene dos puertas, una renacentista-clásica de arco de medio punto, entre columnas sobre pedestales y rematada por frontón en cuyo tímpano están las armas del obispo don Pedro Ponce de León. Encima, enmarcado en alfiz está el escudo de la Ciudad, la Virgen con el Niño entre dos torres, porque tanto el obispado como el Concejo contribuyeron económicamente para hacer la puerta; sobre ella un óculo para iluminar el coro.
La otra puerta llamada de «las limas» es de tracería gótica:
arco trilobulado y decoración de bolas (limas) muy del gótico tardío, como la galería de calados góticos que se abre sobre ella, donde había una imagen de la Virgen que presidía las sesiones concejiles allí celebradas, hoy se encuentra la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
Ante esta puerta se reunía el Concejo. Todavía se pueden ver las gradas donde se sentaban los regidores y el Corregidor (su asiento es más prominente que el resto), allí se celebraban los concejos abiertos para tratar los asuntos de la vecindad, «...estando ayuntados so (bajo) el soportal de la iglesia de San Martín a toque de campana tañida e repicada según lo habían de uso e de costumbre» . También se daban los pregones desde allí, «haciéndose público por voz de pregonero». Dos torres tiene esta iglesia, una campanario y la otra para el reloj decorada con azulejos talaveranos.
INTERIOR
De una sola nave que cubren artísticas bóvedas de crucería con terceletes y combados, cerca del coro el órgano barroco con bella caja muy decorada y buen sonido.
Las capillas laterales se cierran con magníficas rejas de hierro forjado rematadas con crestería renacentista. En el baptisterio una pila románica de granito. En la capilla que sigue está la imagen de la Virgen de la Coronada, talla tardorrománica y pregótica con el niño y un fruto en la mano, es una imagen del siglo XIII de arcaico hieratismo.
En esta iglesia, al igual que en la de Santa María, se enterraban las familias nobles en sepulturas familiares, para lo cual daban dinero a la iglesia por tener derecho a enterrarse en ella. En la capilla mayor se encuentra el enterramiento de la familia Cervantes de Gaete.
Cerca de la puerta de la sacristía bajo una tribuna o balcón con balaustres un tanto toscos hay dos enterramientos en arcosolios, el de la familia Vargas-Carvajal, con abundante decoración plateresca, palmas, grutescos; el otro es más austero sólo tiene tres medallones con rostros humanos en bajorrelieve, dos de ellos con gorros a modo de guerreros.
En esta iglesia han orado Carlos V, donde juró los fueros de Trujillo, a su paso para Sevilla que iba a casarse con Isabel de Portugal. También oyeron misa otros reyes como Felipe II que venía de tomar posesión de Portugal y Felipe V.
En el pavimento de esta iglesia reposaron durante un siglo los restos mortales del teniente don Jacinto Ruiz de Mendoza, héroe de la Guerra de la Independencia, que por unos azarosos avatares vinieron a parar aquí sus huesos donde estuvo enterrado desde el 14 de marzo de 1809 hasta el 13 de marzo de 1909. Fuente: Guía turística de Trujillo y vida de Pizarro Autor: Magdalena Galiana Núñez
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