CASA DE LA CADENA Se llama así por la cadena que pende del dintel de su puerta, que simboliza el derecho de asilo de que gozaba esta casa por haberse hospedado en ella Felipe II a su paso por Trujillo, en marzo de 1583, cuando el rey venía de tomar posesión del reino de Portugal.
Su confesor, el trujillano fray Diego de Chaves, un dominico que asistió al Concilio de Trento, quiso que el rey se hospedara en casa de sus familiares y por eso gozaba del derecho de asilo. Un privilegio mediante el cual el reo perseguido por la justicia quedaba bajo la protección del señor de la casa y mientras estuviera allí no le podían prender.
En la fachada están los escudos de los Chaves (las cinco llaves) y el de los Orellana (los diez róeles o monedas) sostenidos por tenantes. Según los grabados de Laborde de principios del siglo XIX, esta casa tuvo otra fachada anterior con galerías y ventanas góticas, de la misma época que la torre, de mediados del siglo XV. La fachada actual es producto de la reforma que se hizo en el siglo pasado. Fuente: Guía turística de Trujillo y vida de Pizarro Autor: Magdalena Galiana Núñez
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