IGLESIA DE SANTA MARIA LA MAYOR
HISTORIA
Fue una mezquita árabe pero los cristianos cuando reconquistaron la villa construyeron un templo sobre su antiguo solar, como era costumbre cristiana, y ponen la iglesia bajo la advocación de Santa María. Ya tenemos noticias de que en el siglo XIV se celebraban concejos abiertos en el cementerio de Santa María, otras veces se reunían cerca de la iglesia «cabe a las cisternas».
La iglesia sufrió varias etapas constructivas, empezó siendo románica, pero fue muy reformada en el siglo XVI, a esta época corresponde la mayor parte del edificio. Es gótica aunque quedan algunos elementos románicos y el coro es plateresco.
En el Altar Mayor se juraban los cargos concejiles: cuatro regidores y dos fieles para el linaje Altamirano, que era el más importante, descendía directamente de Fernán Ruiz, e igual número se repartía entre los Bejarano y los Añasco. La elección de los oficios (regimientos y fieles) tenía lugar el 30 de noviembre, día de San Andrés. Se escribían los nombres de los regidores y fíeles y envueltos en pellas de cera colorada se metían después en un cántaro, un niño llamado para la ocasión era el encargado de sacar las suertes.
La iglesia de Santa María la Mayor estaba muy vinculada al Concejo, todavía se puede ver junto a los pulpitos del lado del Evangelio y de la Epístola los bancos corridos de piedra, muy cerca del altar, eran los asientos para el Corregidor, regidores y escribanos cuando asistían en cuerpo de Ciudad a los actos religiosos allí celebrados.
En esta iglesia se celebraron solemnes funerales por Juan II de Aragón, padre del rey Católico, era el año 1479 y se encontraban los Reyes Católicos en Trujillo para terminar con el asedio del castillo y la guerra civil con la Beltraneja, a estas exequias asistieron destacadas personalidades del clero y de la nobleza.
A finales del siglo pasado, para prevenir el cólera y la peste los edificios públicos se encalaban con cal y azufre, esta iglesia se enjalbegó y hace unos cuarenta años que se quitó la cal, por eso aparece la piedra tan limpia como recién trabajada.
EXTERIOR
La torre tardorrománica es lo único que queda de la primitiva iglesia que tras la conquista de Trujillo en 1232 allí se levantó. Esta torre se resintió ya en 1521, pero se acabó de caer en 1755 con el último terremoto de Lisboa y ha sido restaurada en este siglo, en la década de los años 70.
Tiene una anécdota, durante la restauración un cantero truji-llano que trabajó en ella puso el escudo del Atletic de Bilbao, está colocado en el capitel de la columnilla que toca ya la cornisa, en el ángulo que da a la plazuela de los Moritos, pero no se puede ver a simple vista.
Consta esta torre de un primer cuerpo macizo y otros tres de sillería bien labradas, articulados de vanos de medio punto que a medida que ganan en altura van complicándose en el número de huecos donde se alojaban las campanas. Sus esquinas están achaflanadas y en ellas van adosadas unas columnillas, la cornisa está adornada de canecillos.
De gran sobriedad son los muros exteriores de este templo que tiene dos puertas abocinadas, una de ellas por la que se entra habitualmente es de transición de arco apuntado con archivoltas, molduras góticas y animales afrontados en la línea de impostas de influencia románica. Todavía se pueden ver trozos de columnas de mármol en el pretil de las escaleras de subida que pertenecían a la primitiva iglesia. Sobre la otra puerta, cuya línea de impostas está adornada con motivos vegetales, hay un gran oculo o rosetón de círculos tangentes para iluminar el coro. Existe una tercera puerta que actualmente está tapiada.
INTERIOR
La iglesia es de tres naves separadas por pilastras cruciformes en las que descansan los arcos apuntados góticos, se cubren con bóvedas de crucería con terceletes y combados la de la nave central que es más ancha y alta, las laterales sólo con terceletes. Cinco ventanas trilobuladas de tracería gótica iluminan el interior, las vidrieras son de este siglo. Dos pulpitos flanquean el arco que da entrada al presbiterio, uno con decoración gótica de arcos apuntados y el otro renacentista con rombos.
Fuente: Guía turística de Trujillo y vida de Pizarro Autor: Magdalena Galiana Núñez
|