PALACIO DE LA CONQUISTA Este palacio renacentista del siglo XVI fue mandado construir por Hernando Pizarro y por su mujer y al mismo tiempo sobrina doña Francisca Pizarro Yupanqui (era hija de Francisco Pizarro y de una princesa inca llamada Inés Huaylas Yupanqui y a los 18 años se casó con su tío Hernando que tenía 52).
Se empezó a edificar en 1562 donde era voluntad de Pizarro expresada en su testamento «... que es fundar y edificar una yglesia e capellanía en la cibdad de Trujillo que es en los Reynos de España de donde soy yo natural e nascido...».
EXTERIOR
La fachada principal consta de una primera planta porticada de cinco arcos de medio punto apoyados en gruesos pilares. Sobre esta galería hay tres pisos de cuatro ventanas cada uno, las cuales, a medida que ganan en altura, van disminuyendo en tamaño, lo que da impresión de mayor altura.
Las ventanas están protegidas por artísticas rejas de hierro forjado y rematadas por cartelas metálicas decoradas con medallones de rostros humanos y el escudo de los Pizarro (los dos osos y el pino) el cual se repite por toda la fachada del palacio, esculpido en piedra o cincelado en hierro.
El edificio está coronado por una cornisa peanada con un contenido iconográfico, en cada una de cuyas peanas hay una estatuilla. En total son doce y están portando diversos instrumentos musicales, entre las que se intercalan otros elementos decorativos. Llama poderosamente la atención el balcón de esquina por su belleza, muy decorado con motivos platerescos, todo repujado sin espacios vacíos, es obra de un gran artista por su finura y elegancia. Todo él está enmarcado por casetones alrededor, a ambos lados le flanquean dos columnas abalaustradas con decoración de calabazas y hojas de acanto,
entre ellas se alojan los bustos en altorrelieve de cuatro miembros de la familia Pizarro. A la derecha Hernando y doña Francisca tocada con sombrero y a la izquierda Francisco Pizarro e Inés Huaylas Yupanqui (padres de doña Francisca).
Sobre el balcón de esquina el gran escudo mantelado con las armas engrandecidas por Carlos V. Es toda una alegoría de la Conquista del Perú, en el centro el escudo de los Pizarro en pequeño, le rodean las murallas de la ciudad de Cuzco, capital del Imperio Inca, los barcos de Túmbez por ser ésta la primera ciudad inca que encontraron. También está representado Atahualpa con las manos metidas en dos cofres de oro rodeado por siete caciques indios.
Este palacio residencial fue construido sobre las antiguas carnicerías municipales, lo cual desencadenó un largo pleito. Los problemas de cimentación y su gran peso amenazaban con la ruina del edificio, por lo que en el siglo XVIII hubo que tomar medidas y fue Manuel de Larra Churriguera, el sobrino del gran arquitecto del churrigueresco salmantino, el que vino a Trujillo para las obras de afianzamiento.
Apuntala los muros y los arcos, refuerza las bóvedas y pone las grapas de hierro que se ven en la fachada y las columnas son forradas con las pilastras actuales.
INTERIOR
Por la puerta principal se entra a un zaguán, a la izquierda del cual, por una suave pendiente, se baja a las caballerizas cubiertas con bóveda de cañón de sillería que ocupan todo el largo de la calle Hernando Pizarro. Del zaguán se pasa a un patio central bastante irregular que tiene un pozo, una escalera decorada con casetones y otra de columnas muy altas conduce a una pequeña galería abalaustrada, cuyos finos balaustres están unidos por el sogueado, por ella se accede al primer piso.
Algunas estancias del piso principal tienen artísticos artesonados decorados con rostros humanos de rasgos indios. En las paredes se abren chimeneas de cantería bien labrada con el escudo de los Pizarro esculpido. Por tres escaleras de caracol se sube a los dos pisos superiores.
Se llama Palacio de la Conquista por el título de Marqueses de la Conquista con que se recompensa a la familia Pizarro por su destacada intervención en la Conquista del Perú, a la que asistieron muchos de sus miembros. Actualmente se puede visitar. Fuente: Guía turística de Trujillo y vida de Pizarro Autor: Magdalena Galiana Núñez
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