Gran parte de la Ciudad es partidaria de la Beltraneja, que días antes de su boda, tiene que abandonar Trujillo, donde estaba previsto su enlace con el rey de Portugal, y huir a Plasencia donde se celebran los esponsales, debido a la proximidad de las tropas de la reina Isabel.
La comunidad judía al igual que ocurrió con la cristiana se encuentra dividida por los dos bandos, así por una carta escrita desde Tordesillas el 9 de Marzo de 1476 al corregidor de Trujillo son García Gil de Miranda, por los Reyes Católicos, sabemos como el vecino judío de Trujillo Mayor Barchillón y sus hijos, apoyan al bando de doña Juana y el rey de Portugal, siendo por esto confiscadas sus propiedades.
Con motivo de la sublevación del Marqués de Villena en el año 1475 las tropas que mandaron los Reyes Católicos para acabar, en la Ciudad, con la sublevación cometieron bastantes atropellos contra los derechos de los judíos, dichos atropellos son demandados ante los monarcas por Salomón Romí como representante de la comunidad judía de la ciudad, así les demandan la cama, comida, les obligan hacer guardia en los muros de la ciudad y a limpiar los establos.
La reina reconoce las peticiones y demandas de Salomón Romí, y pone a la comunidad judía de Trujillo bajo su protección y manda una carta desde Cáceres al Concejo trujillano prohibiendo estos abusos y a la vez les recuerda que los judíos de esta aljama están "en mí guarde e seguro o so mi amparo e defendimiento real".
Por esta fecha era alcalde y juez de los judíos de Trujillo don Diego Pizarro, al cual por carta fechada en Valladolid el 25 de Mayo de 1476, le quitan los monarcas de su puesto, como consecuencia de los abusos que ha cometido contra los judíos, dichos abusos fueron puestos en conocimiento de los reyes por los dos componentes de la comunidad judía de Trujillo: Rabí Yuçe e Rabí Mose.
Durante este período de transición y pacificación del país los judíos sufrieron varios asaltos a sus propiedades y derechos, así el vecino de Trujillo Yuçe Arrobas, fue hecho prisionero por Nuño Yerro de Avila cuando se dirigía a la feria de Medina del Campo, siendo detenido durante 9 días, consiguiendo su libertad tras pagar 14.000 maravedís. Yuçe Arrobas recurrió a los Reyes y el 12 de Junio de 1478 le fue concedido una garantía, un certificado, para recobrar el dinero del rescate que había pagado.
Por diversos documentos que se conservan en el Archivo Municipal de Trujillo sabemos que, tras producirse en 1480 el apartamiento de judíos y moros en nuevos barrios, algunos judíos, especialmente los mas ricos, vivían en un lugar de la ciudad llamado La Rinconada y que también la calle Nueva formaba parte de la judería (aún se conservan casas).
De este reinado son la mayoría de las Ordenanzas Municipales que el Concejo de Trujillo dictó contra o a favor de los judíos, entre ellas podemos citar las siguientes:
- Que no se compre carne degollada de judío o moro.
- Que no compren los judíos ni moros pan, ni trigo, ni harina en el mercado antes de salida de misas mayores de San Martín.
- Que las mercaderías no entren por las morerias ni juderías.
- Que no compren los judíos ni moros pollos ni gallinas, ni asnares ni otras aves, ni cabritos, ni uvas ni otras frutas hasta después de salir de misas mayores de San Martín
- Que los judíos y moros no compren pescado fresco en día de ayuno
- Que los judíos y moros metan sus tiendas en sus apartados los días de domingos y fiestas de santos
- Que los judíos y moros no se igualen con el alguacil
Como podemos ver por las ordenanzas citadas se les trata con bastante discriminatoriedad respecto a la clase dominante, obligándoles a los judíos y moros a comprar género que el cristiano ya había despreciado, es decir, las sobras, y a la vez se les delimitaba el campo laboral con la primera ordenanza citada.
No obstante existieron épocas que las buenas relaciones entre cristianos y judíos ( o al menos en algunos sectores ) son patentes, así tenemos el caso de Mayor Barchillón, partidario de doña Juana, que actúa como abogado procurador del municipio hasta el año 1484, aunque los Reyes Católicos, a petición del recaudador de las alcabalas de la ciudad de Trujillo, le prohibieron ejercer su oficio y recibir dinero del Concejo, por carta dada en Toledo el 20 de Marzo de 1.480. Pero el concejo hace caso omiso de este mandato pues el 24 de Septiembre de 1.484 los monarcas mandan otra carta al corregidor de la ciudad don López Sancho Castillo mandándoles que haga cumplir la orden que ellos dieron desde Toledo, antes mencionada, suprimiendo a Mayor Barchillón como abogado del Ayuntamiento de Trujillo, ya que bajo engaño, no firmando los escritos, aún con esta fecha sigue actuando.
Aunque la unión entre judíos y cristianos estaba prohibida, sabemos que aunque no de modo legal, de hecho tuvieron relaciones carnales entre ellos, unas veces a la fuerza y otras veces con consentimiento entre ambas partes. Así sabemos por una carta de los Reyes Católicos, fechada en Córdoba el día 6 de Septiembre de 1.484, dirigida al corregidor de Trujillo para que averigüe las relaciones entre Dª Vellida, judía, y el alguacil Gonzalo de Herrera, cristiano, pues según la carta: " habían cometido o perpetrado adulterio". Por otra carta observamos que esta misma mujer, también es encontrada en la misma situación con Juan Ruiz, alegando ella que con este ultimo se ha visto obligada hacerlo a la fuerza. Es encontrada culpable de los hechos antes mencionados y se la destierra de la ciudad y son confiscados sus bienes.
La Semana Santa del año 1486, un grupo de cristianos tiraron piedras a las casas judías y les causaron una gran cantidad de desperfectos. La respuesta y protección de los monarcas católicos fue enviada a Trujillo el 15 de marzo de 1487. Entre las medidas tomadas por los Reyes Católicos, se ordenó a la comunidad judía a permanecer dentro de sus casas por unos días en Semana Santa, abstenerse de trabajar y llevar negocios fuera de sus casas, con el fin de no dar ningún pretexto para las provocaciones locales.
Durante estos últimos años del siglo XV, la comunidad judía estaría compuesta por unas 300 familias, con un promedio cada familia de 5 o 6 componentes ( numero por unidad familiar no excesivamente elevado para la época y sobre todo por la conocida elevada tasa de natalidad del pueblo hebreo), dado que el importe de la cantidad tributaria era alrededor de 100.000 maravedís.
En el año 1490 el concejo de Trujillo añade una ordenanza más sobre los judíos, esta ordenanza dice lo siguiente: "Que cualquier judío o judía que fuese tomado después de anochecido que perdiese los vestidos e que pagase 200 maravedíes ". A los monarcas le llegan las quejas de los judíos contra estas ordenanzas, y el 29 de octubre de 1490 envían una carta al corregidor de Trujillo don Diego Arias de Amaya indicándole que se entere si es verdad la citada publicación de dicha ordenanza y que si es justa que se haga cumplir y si no que se enmiende.
Al no aparecer esta ordenanza con las demás Ordenanzas Municipales, en el archivo de Trujillo, nos hace pensar que dicho corregidor la encontrará injusta y por tal motivo dejara de tener efecto.
La economía y medios de vida de los judíos trujillanos de esta época se basaba principalmente en el comercio, especialmente de telas, lino, etc., entre los que destacaron los hermanos Cohen, de profesión tramperos y unas de las familias más numerosas de la comunidad judía trujillana. |